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dalih

Cuando nos quedamos solas (tercera parte)

Ella ha brincado de felicidad, hemos recibido noticias alentadoras de él, él que es el ser al que más ama en el mundo.
Ahora nos queda esperar a que vuelva a escribir y a que día con día recibamos noticias de los avances del ejército Alemán.
Así pasan los meses, así los años y pocas veces recibimos noticias de lo que acontece con los soldados y toda la gente que anda en los campos de concentración.
Cada día mi mamá habla menos, creo que está agobiada con tanta mortificación; el señor Heinrich es quien más podría saber de lo que ocurre en la guerra pero hace varios días que no viene por acá. Nos estamos quedando más solas.
Muchas personas comentan que lo que Hitler está haciendo es algo muy malo, que va a repercutir en nuestra contra tarde o temprano, se anda echando encima a los judíos y según dicen eso no es nada conveniente, claro, también hay quienes tratan de ocultar todo esto con fines políticos, yo creo que las costumbres de nuestro dirigente no tienen porque ser las nuestras y eso es lo que mucha gente reclama, el dictador piensa que va a someter al país completo, centenas se han aliado a él...pero otras centenas lo han rechazado.
Lo que más nos atemoriza a todos es que desde que el país quedó divido en 4 zonas comandadas por cada uno de los países vencedores: Unión Soviética, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, las cosas han cambiado mucho, uno ya no sabe qué hacer ni que día perderá la vida o si vendrán a hacernos prisioneros. En algunas otras regiones de Alemania el ejército inglés entró y se llevó a mucha gente, nosotros estamos en espera de que quizá eso nos ocurra.
También dicen que son muchos los conflictos que tiene la Unión Soviética con los otros tres países y que habrá un enfrentamiento entre ellos, creo que esto sean especulaciones de la gente, que en estos días no habla más que de la guerra, de los cuerpos que se encuentran muertos en la calle, y es que el problema no nada más se lleva a cabo en los campos de concentración, sino que en las ciudades también se está matando a la gente por cuestiones internas, yo no entiendo bien, pero hay grupos de rebeldes que están causando severos problemas.
La comida escasea desde hace tiempo, el agua está sucia y bastante contaminada, ya no hay cielo, sólo podemos ver un nubarrón denso de humo y polvo, no podemos asomarnos a la calle por temor, quizá sea ese el motivo por el cual Heinrich no haya venido todavía.
Parece que mamá se ha olvidado de mí, no me habla casi, no me mira, está cada vez más pálida y fuera de sí, todas las mañanas se acerca a la puerta, palpa el polvo que ha entrado por debajo y espera encontrar noticias de papá.
La señora Ana Schüller, nuestra vecina desde siempre, ha venido esta mañana a mostrarnos la carta que le han enviado a su hija Mónica, su prometido.

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