Blogia
dalih

Poemita

Te pedí una noche y me diste tu vida entera y así me preguntaba diariamente si me querías.
Solicité un motivo y me obsequiaste cada minuto de un reloj gastado que se paraba para que el tiempo no marchara y poder así seguir más tiempo a mi lado.
Quise poseerte y no sólo dejaste que te poseyera sino que me adueñara por completo de tu espacio, de tu generosidad y tanto que eres, fuiste y seguirás siendo.
Lo difícil de cada paso de la vida es darse cuenta que el voltear para atrás y no tenerte es intentar seguir hacia delante dándome cuenta de que siempre fuiste más mío que yo tuya, y aún así te pedía y te pedía, te requerí aun cuando no había más que dar porque todo me lo habías dado ya, y es ahora, cuando te has ido antes que yo, que comprendo que al pedir demasiado me sequé por dentro con tu pertenencia. Es hoy, cuando ya no te tengo, que asimilo que aquella tarde de lluvia en el campo tu abrigo cubrió mi espalda mientras tu pescabas una gripe y sólo dije gracias cuando merecías mucho más que esa palabra.
Si el tiempo no se recupera, valdrá más que de ahora en adelante valore la vida que me queda.

Hilda Soto
Lunes 3 de mayo de 2005

0 comentarios