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Tres años de labor

Tres años de labor

El pasdo 21 de marzo cumplí tres años trabajando en el periódico Cambio Sonora, por eso me festejaron con un rico pastel de fresas ¿se te antojó?

Escucharon campanitas

Escucharon campanitas

Hace apenas casi dos semanitas que Miguel y Julia escucharon las campanitas nupciales, esta fotografía se las tomé después de la bendición que les dio el padre en la casa de la novia, de ahí fueron a tomarse unas fotos de recuerdo y después al salón de fiestas donde un mariachi tocó mientras los invitados comíamos, y después un conjunto norteño nos hizo bailar muy agusto...ahora sí, a mover los piecitos aunque sea por debajo de la mesa.

Trío de guapos

Trío de guapos

Juzguen mujeres si no son atractivos estos tres chicos, el trío, completito es parte de mi familia, los tres casaditos...tíos en segunda generación, o sea, primos de mi papá.
Se los presentó de izquierda a derecha: Octavio, Ricardo y Fernando.

Tortuga gigante

Tortuga gigante

Creo que la única que se creyó el cuento al principio fue mi abuelita, cuando vio esta foto realmente pensó que yo estaba sobre una tortuga gigante, será que necesita más graduación en sus lentes, fue un poco divertida su reacción y cuando ella se dio cuenta de que era una pintura (se lo expliqué) se rió mucho y se acecaba demasiado a la pantalla para asegurarse de que no fuera una broma mía. Un beso abue

Isla Coronado

Isla Coronado

Un paraíso en medio de la ciudad. Ésta es la isla Coronado, se ubica en pleno San Diego y es precioso, pacífico. Ese día hacía frío, ahí donde me ven con falda me estaba congelando y titiritando de frío. Pero nadie de los que íbamos nos imaginamos cómo iba a estar el clima.

Rosa y el burro

Rosa y el burro

Jeje, es una foto graciosa de mi amiga Rosa María Silva. Ella asistió a Espacio 2005 en San Luis Potosí y allí fue donde se subió a ese burrito en el que la ven.

Cuando nos quedamos solas (primera y segunda parte)

Cuando nos quedamos solas
Por Hilda Soto

Era el inicio de la segunda guerra mundial, mi familia y yo vivíamos en Nuremberg, pero creo que no es tan importante la localidad en que nos encontrábamos ya que en toda Alemania la guerra podía sentirse igual.
Mi padre, Adolf Kolbus, fue llamado a uniformarse. Aún no sabe qué función cumplirá en este enfrentamiento. Siento temor por él, porque en mi familia siempre hemos luchado por defender la vida, y sin lugar a dudas en esta ocasión utilizará armas.
Susanne Fürweiler, la mujer más adorable del mundo y obviamente mi mamá, se encuentra muy triste. Jamás imaginó que su esposo sería elegido para combatir, pero como ella dice, en estos tiempos de lucha el gobierno se tiene que valer de cualquier medio para no perecer.
Hitler no quiere sucumbir, no está de acuerdo en que después del fin de la primera guerra mundial se nos haya permitido tener solamente un ejército de 100 mil hombres, por eso, ahora que los cañonazos han llegado, de nueva cuenta ha enlistado a todo hombre capaz de sostener una granada en sus manos y lanzarla.
Tenemos 10 días de estar solas, sin embargo, papá apenas será enviado a combatir, lo que sucedió, según le contó el señor Heinrich Zur Linde a mamá, fue que mi padre junto con otros 45 hombres fueron llevados a Francfort para que se unieran al ejército del capitán B... en donde les enseñaron detalles sobre la temperatura y la apertura de luz en el cielo, yo no entiendo gran cosa de eso, pero el señor Kolbus seguro lo entiende, siempre le gustó el cielo y aunque tal vez ésta no sea la mejor de las circunstancias por las cuales tenga que observarlo, lo hará y lo hará bien.
El viejo Heinrich es un hombre mayor, andará pisando los 85 años. Por su edad y un achaque es que él no fue elegido para la guerra, pero coraje, disposición y entrega las tiene, si por él fuera tomaría el lugar de cualquier joven y estaría dispuesto a morir luchando, pero eso él lo lleva en la sangre, perteneció al ejército militar en su juventud.
Ha sido él quien más ánimo le ha dado a mamá, y le ha dicho que ni la Unión Soviética ni Francia ni Gran Bretaña y menos aún Estados Unidos podrán derribar a un Hitler entero y convencido de luchar hasta el final.
“Usted sabe Susanne que su esposo es un hombre que aunque nunca ha combatido, saldrá airoso y regresará para contarles a usted y a la pequeña Katherina una gran experiencia. Ya no llore, así no volverá Adolf, nada más que el fin de esta guerra lo regresará a su hogar”.
Pero ella no hace más que llorar, no lo puede evitar, y no sé porqué yo siento una gran tranquilidad, sí me da pena pensar que quizá ya no vuelva a verlo y eso me dolería de sobremanera, ese hombre ha sido para mí el más grande ejemplo de tenacidad y de vida, a mis 16 años sé lo que es salir adelante gracias a la fuerza y entereza que cualquier ser humano puede tener.
Cada noche, cuando vamos a tratar de dormir, rezamos un poco y cantamos alabanzas para pedir por los hombres que combaten, no sólo por los de nuestro país sino por todos aquellos que se enfrentan con garra y espíritu para sobrevivir y regresar al lado de las personas a las que más aman.
A los militares les enseñan a amar a su nación primero que nada y cuando ellos pelean llevan en su sangre y en su mente la idea de morir por defender su patria, sin embargo no es así con aquellos que no lo decidieron por cuenta propia.
Los días están pasando y no llegan cartas de papá, no soporto esta situación que desespera tanto a todo mundo, todo se está viniendo abajo.
Se publicó en el diario que la invasión que Alemania hizo a Polonia está derivando en grandes problemas para nuestro país, tiene ya un punto dominado, pero al parecer está dejándonos desamparados por intentar conquistar otros territorios.
Se comentó también que Hitler busca la expansión territorial y que por ello está atacando a diestra y siniestra a cualquier adversario. Esto desencanta más a los ciudadanos, pero hay quienes dicen que es una buena estrategia, y que es esto lo que nos llevará a vencer. Hay un profundo resentimiento hacia Estados Unidos, creo que se deba quizá a que pertenece a otro continente y a que se cree una raza superior, lo mismo se ha dicho de los Japoneses.
Por fin... sí, al fin hemos recibido una misiva del Señor Adolf Kolbus, mi progenitora y yo hemos decidido leerla juntas después de discutir ligeramente sobre que ella debía leerle primero y después mostrarme lo que fuera conveniente, pero yo he renegado de tal actitud y le he llorado para que me permita verla al mismo tiempo.

Carta del Señor Kolbus a su esposa e hija

No tengo demasiado tiempo para escribir, los bombardeos están a la orden del día, y mi actividad en esta tierra se ha reducido a la incertidumbre, creo firmemente en que volveré y las abrazaré con muchas ansias, este mes lejos de ustedes ha sido terrible porque las extraño demasiado, no puedo ser muy alentador pero intentaré salir de esto bien librado.
Cada día aprendo más sobre cómo debo medir la temperatura ambiental para poder asegurar que nuestros militares vuelvan al refugio sin inconvenientes, si me equivocara al dar los grados de humedad sería desastroso, y ya se acusó a uno de mis compañeros de traición; Markus falló al decir que habría 32°, se desató una gran tormenta y murieron varios de nuestros soldados que quedaron atrapados en un torbellino, Markus será ejecutado.
No les platico esto para asustarlas sino para que sepan que por ello y por verlas me esfuerzo cada día en cumplir con mi misión, existe la posibilidad de que sea exonerado pero lo manden a combatir, él lo prefiere a morir a manos de nuestra propia gente.
Las extraño y deseo con todo el corazón regresar a casa, aun cando tenga que partirme las manos para poder comprar un trozo de pan ante esta inminente crisis económica.
Sin más por el momento y porque me llaman a cumplir con mi turno, escribiré de nuevo y espero sea pronto.
Con amor: Adolf Kolbus.

Cuando nos quedamos solas (tercera parte)

Ella ha brincado de felicidad, hemos recibido noticias alentadoras de él, él que es el ser al que más ama en el mundo.
Ahora nos queda esperar a que vuelva a escribir y a que día con día recibamos noticias de los avances del ejército Alemán.
Así pasan los meses, así los años y pocas veces recibimos noticias de lo que acontece con los soldados y toda la gente que anda en los campos de concentración.
Cada día mi mamá habla menos, creo que está agobiada con tanta mortificación; el señor Heinrich es quien más podría saber de lo que ocurre en la guerra pero hace varios días que no viene por acá. Nos estamos quedando más solas.
Muchas personas comentan que lo que Hitler está haciendo es algo muy malo, que va a repercutir en nuestra contra tarde o temprano, se anda echando encima a los judíos y según dicen eso no es nada conveniente, claro, también hay quienes tratan de ocultar todo esto con fines políticos, yo creo que las costumbres de nuestro dirigente no tienen porque ser las nuestras y eso es lo que mucha gente reclama, el dictador piensa que va a someter al país completo, centenas se han aliado a él...pero otras centenas lo han rechazado.
Lo que más nos atemoriza a todos es que desde que el país quedó divido en 4 zonas comandadas por cada uno de los países vencedores: Unión Soviética, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, las cosas han cambiado mucho, uno ya no sabe qué hacer ni que día perderá la vida o si vendrán a hacernos prisioneros. En algunas otras regiones de Alemania el ejército inglés entró y se llevó a mucha gente, nosotros estamos en espera de que quizá eso nos ocurra.
También dicen que son muchos los conflictos que tiene la Unión Soviética con los otros tres países y que habrá un enfrentamiento entre ellos, creo que esto sean especulaciones de la gente, que en estos días no habla más que de la guerra, de los cuerpos que se encuentran muertos en la calle, y es que el problema no nada más se lleva a cabo en los campos de concentración, sino que en las ciudades también se está matando a la gente por cuestiones internas, yo no entiendo bien, pero hay grupos de rebeldes que están causando severos problemas.
La comida escasea desde hace tiempo, el agua está sucia y bastante contaminada, ya no hay cielo, sólo podemos ver un nubarrón denso de humo y polvo, no podemos asomarnos a la calle por temor, quizá sea ese el motivo por el cual Heinrich no haya venido todavía.
Parece que mamá se ha olvidado de mí, no me habla casi, no me mira, está cada vez más pálida y fuera de sí, todas las mañanas se acerca a la puerta, palpa el polvo que ha entrado por debajo y espera encontrar noticias de papá.
La señora Ana Schüller, nuestra vecina desde siempre, ha venido esta mañana a mostrarnos la carta que le han enviado a su hija Mónica, su prometido.

Cuando nos quedamos solas (cuarta parte)

*Carta del prometido de Mónica:

Mi vida no ha cambiado en nada; es ahora como hace diez años, bendito por las estrellas, maldito por los hombres. No tuve amigos, y tú sabes por qué no querían saber nada de mí. Era feliz cuando podía sentarme al telescopio y mirar al cielo y al mundo de las estrellas, feliz como un niño al que le permiten jugar con los astros.
... Fuiste mi mejor amiga, Mónica. Sí, lees bien, fuiste. El momento es demasiado serio como para bromas. Esta carta tardará en llegarte dos semanas. Por entonces ya habrás leído en los periódicos lo que ha tenido lugar aquí. No pienses mucho en ello, porque en realidad todo habrá terminado de forma diferente; deja que los demás se preocupen de la "película de los hechos".¿Qué son ellos para ti o para mí? Siempre pensaba en años luz, pero sentía en segundos. Además, aquí tengo mucho trabajo con el tiempo. Somos cuatro, y si las cosas continúan como hasta ahora podemos darnos por contentos.
Lo que hacemos es muy sencillo. Nuestro tarea consiste en medir las temperaturas y la humedad, informar sobre la visibilidad y los bancos de nubes.
Si algún burócrata leyera lo que aquí escribo obtendría una flagrante violación de la seguridad militar. Mónica, ¿qué es nuestra vida comparada con los muchos millones de años del cielo estrellado?. En esta hermosa noche, Andrómeda y Pegaso están justo sobre mi cabeza.
Las he mirado mucho tiempo; pronto estaré muy cerca de ellas. Mi paz y mi felicidad se las debo a las estrellas, de las cuales tú eres la más bella para mí. Las estrellas son eternas, pero la vida de un hombre es como una mota de polvo en el universo.
A mi alrededor todo se derrumba, un ejercito entero muere, el día y la noche arden...y cuatro hombres se atarean con informes diarios sobre temperaturas y bancos de nubes. No sé mucho sobre la guerra. Ningún ser humano ha muerto por mi mano. Nunca he disparado munición real con mi pistola. Pero sé muy bien una cosa: la otra parte nunca ha mostrado ni una pizca de comprensión por sus hombres. Me habría gustado contar estrellas unas cuantas décadas más, pero ahora nada parece ir en ese sentido.

Cuando nos quedamos solas (quinta parte)

La señora Schüller sabe que mi papá está haciendo lo mismo que Siegfried, ese joven que varias veces vi venir por la calle dirigiéndose con paso seguro a casa de Mónica, se notaba un gran amor en sus miradas, en algunas ocasiones mi vecina me pidió que los acompañara a tomar un helado, y yo iba encantada, además de que nos acompañaba el hermano menor de él, el apuesto Josef quien me hacía compañía a mí.
Mi mamá se ha tranquilizado con la carta de Siegfried, que aunque no menciona a papá, ella supone esté bien, para mí, las líneas leídas hace unos instantes, no son nada alentadoras, cuánto miedo tendrá que dice que pronto estará cerca de las estrellas, seguro ve la muerte cerca de él. A mí no me ha infundido nada de calma, por el contrario me ha inquietado.
Tal vez mi progenitora ya se haya resignado a no volver a ver más al señor Kulbus, quizá sus nervios ya no le permiten pensar en nada más negativo que lo que tiene metido en la cabeza.
Yo me muero, me muero pensando en mi padre y en mi familia completa, imaginando a los miles de hombres que mueren día a día, hasta cuándo irá a terminar todo esto. Si al menos tuviéramos noticias de lo que está pasando allá. Creo que ya no veré otra vez a mi Alemania restaurada, con su cielo azul y en la noche brillando las estrellas.
Alemania sucumbe, de Hitler no se sabe mucho.
Llegó una carta de papá hace algunos días, la guerra sigue avanzando y el futuro de Alemania sigue siendo incierto, lo que se ha sabido es que ahora no somos una Alemania sino dos, la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana.
Además, ya todo mundo nos ataca, Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a nuestro país y seguimos sin que nuestro presidente responda a uno solo de nuestros cuestionamientos. Nada, no dice nada.
Se ventilan noticias de todo tipo, que si Eva Brawn, la queridísima amante de Hitler se suicidó y éste junto con ella, de ser así, ya entiendo porque no lo veamos, y otros dicen que lo que pasa es que éste sufrió otro atentado y que ya nadie lo respeta.
Mientras que los soldados alemanes invadieron Polonia, nosotros estamos invadidos por todos lados de estadounidenses, de ingleses, de franceses, de rusos, de todos, ya nadie respeta a este país.
Debo bajar a acompañar un momento a mi mamá, además tocan la puerta con mucha insistencia y ella no se moverá a abrir.
Es el señor Heinrich, teníamos tanto tiempo de no verlo que me da un gusto enorme que esté aquí.
“Traigo noticias nuevas, muy nuevas de lo que está pasando. Quisiera no ser yo quien dé tan lamentables informes...pero me considero como parte de la familia Kolbus y debo decirles a estas dos damitas qué ha ocurrido”.
En ese momento, mamá dejó de hacer el té, se acercó al pobre viejo y lo tomó de la camisa, le gritó desesperada que diera su anuncio y dejará de atormentarnos con su lenta lamentación. Jamás la había visto así de furiosa, de triste, y desconcertada.
Parece que todo se le hubiese juntado en un mismo momento. Para nada parecía que fuera a calmarse.
Me acerqué a ella y traté de animarla, mis esfuerzos fueron en vano. Lloraba y gritaba tanto. Al fondo de su alma y su corazón la resignación no había llegado como trataba de aparentar.
Ante esta actitud de mi madre, el señor Heinrich se ha quedado callado por largo tiempo, ella acaba de sentarse en el sillón en el que mi papá solía recostarse a descansar y parece calmarse, la tranquilidad está llegando a su interior. Mientras tanto este buen hombre ha tomado aire para continuar con la noticia que viene a darnos.
“Perdone señora que la haya alarmado de tal forma antes de decirle lo que tengo que hablarles, pero es que hasta a mí me ha colmado el corazón todo lo que ocurre y no supe cómo empezar a hablar”.
El pobre viejo temblaba y su voz se escuchaba quebrantada por el llanto que se estaba ahogando en su garganta, pero pudo proseguir.
“Señora, señorita”, dijo dirigiéndose a nosotras, “nuestro líder nacional ha sido asesinado o se ha suicidado, eso es lo que se está comentando, pero el peor problema no es ése, sino que muerto éste las tropas quedan casi sin resguardo y cualquier cosa puede suceder, como está pasando ya.
“El día de ayer, 7 de mayo, Alemania ha firmado la rendición y esta mañana ha salido publicada la lista de los muertos en el combate de la última semana y otra lista con los nombres de los que han sido presos”.
¿En qué lista se encuentra mi marido?, atinó a decir mi madre.
“No quisiera atreverme a decírselo Susanne, y quizá estas palabras le den la respuesta, me duele tanto como a usted la pérdida de tanta pobre gente y entre ellas la ausencia que nos dejará el señor Kolbus. Por desgracia, el área en que estaban situados los hombres que daban las señas del cielo fue bombardeada por los ingleses y no quedaron ni rastros de los cuerpos, la armada ya hace una revisión del lugar y esperan encontrar algo en el transcurso de este día”.
Sentí desfallecer, esta vez lloré tanto que creo haberme desesperado más que la pobre mujer que estaba recargada en mi hombro sollozando tan en silencio que sólo su respirar se sentía.
Este anciano se ha retirado para dejarnos llorar la muerte del señor Adolf Kolbus, ahora sólo nos queda esperar que algún día nos hagan llegar los restos del cuerpo de mi papá.
Así como mi familia se quedó sin su pilar principal, así mismo otras familias han quedado desamparadas, esperando que Dios se apiade de nosotras y de tantas mujeres que solas hemos quedado.
Van a transcurrir los años y yo seguramente formaré mi propio hogar, y en algún momento tendré que contar a mis hijos el fin que su abuelo tuvo sin comprender ni ellos ni yo el motivo de tanto rencor entre naciones, llevar a cabo tal masacre para al final no conseguir nada de lo que se buscaba al inicio de la guerra.
9 días hace hoy que Heinrich Zur Linde nos dio la trágica noticia, y llega un hombre a darnos un cofre de madera con cenizas que simbolizan el cuerpo de mi padre. Con la pequeña caja viene una insignia en su honor y un mensaje con un emblema que versa “por la honorable causa de su fallecimiento”, en el cofre dice “A quien dio su vida por la nación alemana”.
Me han dado ganas de gritar a este hombre, pero he pensado que él no tiene la culpa de nuestro sufrimiento. Mi madre me ha dicho que esta tarde iremos con el cofre a la iglesia para ofrecer una misa en memoria de mi padre, a esa liturgia asistirá también Mónica, mi vecina, para llorar amargamente la muerte de su prometido, ése que se sentía ya tan cerca de las estrellas.
Las insignia ha sido colgada por mi madre en la cabecera que fuera de ese hombre que, irónicamente, dio su vida por su nación.

Cuando nos quedamos solas (última parte)

A los muertos en la guerra

Hay estrellas que centellean en el universo esperando ser vistas por los hombres, legan su brillo a cada uno de los que ponen su esperanza en ellas. ¿Qué consuelo hay en ellos mientras combaten con dolor y pena esperando ver de nuevo a sus familias?.
Pero hay seres que con fiereza luchan con honor y respeto por vivir y defender su patria, que sienten que en el corazón la sangre les hierve de fervor ante su entrega, y no hay más que hacer más que dar su vida en el combate cuerpo a cuerpo, en el aire sucio y contaminado de la guerra.
Mientras en cada hogar una pequeña esperanza se anida de volver a ver esos ojos que derrochaban dulzura y a veces enojo ante la travesura de un infante que pedía a su padre perdón por su diablura.
Y quién devuelve esos minutos de ternura a quienes pierden al ilusión al ver que ha caído ese cuerpo admirable y que no volverá a levantarse jamás por su propio pié.
Familias completas buscan la paz y el fin de las guerras, no sólo de las que pasaron y dejan el conflicto encendido, sino por las que existen a diario y por las que se avecinan.
“Enciendo una vela por Medio Oriente, una vela más al Amazonas, rezo una plegaria por Africa del Sur, pro chico Méndez y su sueño azul. Enciendo una vela por América, por la Madre Teresa y por Mandela, doy gracias al milagro de la libertad y por los hombres de buena voluntad. Enciendo una vela en esta oscuridad, por aquellos que lucharon para darnos paz. Enciendo una vela en esta oscuridad por los niños que vienen detrás. Enciendo una vela por Lenon, por los muros derrumbados, rezo una plegaria por Juan Pablo y Gorvachov, por las ballenas y el buen rock and roll. Enciendo una vela a mis 16, pues detrás de esta fecha también pienso, juntos caminaremos hacia un mundo más feliz porque esta vela es también para ti”.

Feliz Semana Santa

Desde el domingo inició básicamente la Semana Santa, fue domingo de Ramos para quienes no lo hayan recordado. En misa se bendijeron las palmas, se leyó el evangelio de la entrada de Jesús a Jerusalén y se hizo un recorrido por las calles.
Lo impresionante de esto es ver cuánta gente sale de sus casas a ver lo que los demás hacemos y de esa forma se "unen" a la procesión, porque no nos siguieron, digo, no todos tienen porque creer en lo que uno cree, pero mucha de esa gente es la que a final de cuentas fuey se puso ceniza al inicio de la cuaresma porque es "pecado" no imponersela. No es verdad, no es pecado.
La Semana Santa se vive en el corazón, pero creo que es importante tratar de que sea blanca, de antemano no lo es porque las estadísticas ya muestran tres muertes, ¿o más? a lo mejor, ya son más...pero intentemos que en nuestra casa sea se marque la diferencia y podamos vivir de forma tranquila estos días de relexión y recojimiento pero también de gran gozo por la resurección.
Les deseo a todos una Feliz Semana Santa, y si va a salir de la ciudad cuídese mucho y cuide a quienes lo acompañan, eso nunca está de más.

Granero

Granero

No estamos en el oeste, este granero es parte del Centro Ecológico, el que está casi llegando a Guaymas pero que vale la pena todavía ir a visitar.
Ah...y cuando salgan tomen una de esas hijotas donde piden comentarios sobre cómo vio el lugar, les recomendaría que señalaran el pésimo cuidado que tienen las vitrinas donde hay peces, víboras y algunas otras especies, de verdad que no les han dado mantenimiento, parece que desde hace un buen de tiempo...y los baños...no se les ocurra querer entrar a los que están en donde se ubica el puesto ese de comida...oh cielos...mejor esperen a la siguiente parada jajajaja.

Tus Manos

Tus manos acariciaron un cuerpo anoche mientras yo dormía
podía verlo en mis sueños y me creaban tormento.
Anoche, tus manos se llenaban de su seda
se escurría entre tus dedos una pasión desbordada.
En mis sueños, tus manos se enjugaban de deseos
y moldeaban una silueta perfecta con piel de ángel.
Tus manos se resbalaban por la carretera del delirio
estremecían ese vientre cargado de fecundidad sutil.
Anoche, tus manos se mordían las ansias de poseerla
pero no podías escapar de la nieve fresca de sus pechos.
En mis sueños limpios unas horas de la niebla te miraba
y después de la angustia llegó para mí la bendita gloria.

Estuve revisando mis archivos y me encontré esto que escribí el jueves 6 de mayo de 2004

De película

De película

Este espacio que ahora hay en el centro ecológico está de película, trata de rescatar algo de nuestras raíces mostrando a la gente de la ciudad esos implementos que hay en los pueblos y las rancherías como los pozos, los graneros, los comales, entre otras cosas que hacen de ese lugar un sitio muy agradable, además el cielo se veía hermoso, juzguen ustedes.

Invernadero

Invernadero

Ya estábamos un poco cansadas cuando llegamos al invernadero, pero no nos quitó la sonrisa de la boca, ni siquiera el pensar que nos regresaríamos a casa como sardinas en el carro.

Un encanto de focas

Un encanto de focas

Son unas fachosas, les encanta que les aplaudan y apenas así salen a saludar a la gente, mis amigas estaban encantadas aplaudiéndoles y tirámdoles besos.

Unas amigas inolvidables

Unas amigas inolvidables

Ayer (domingo 6 de marzo) nos fuimos al zoológico unas amigas y yo...era el día de la familia pero los papás de ellas y los míos tenían cosas que hacer y no pudimos pasar el día con ellos, sin embargo, nosotras somos una familia.
Conocimos a dos nuevas amigas que serán inolvidables, pues nos aturdieron con sus gritos que más que ser encantadores eran ensordecedores, pero esta aventura en la que las guacamayas casi se nos vienen encima...no la vamos a olvidar.

Las princesas

Las princesas

Desde hace más de un año estas tres princesas se conocieron y llegaron a la conclusión de que eran Aurora: la bella durmiente; Bella de la Bella y la Bestia y Blanca Nieves. Aurora es la chica pelo chino que aparece en esta foto en el centro; Bella soy yo, estoy del lado izquierdo y Blanca Nieves es la pelirroja. Tal vez alguna vez me anime a dar una explicación de por qué elegimos a tan singulares personajes de los cuentos, de momento mejor conozcanos así, de izquierda a derecha: Hilda (yo), Luz del Carmen y Martha Sáenza, quien tomó esta fotografía.

Mi comadre

Mi comadre

Para todas las personitas a las que les he hablado de mi comadre Alejandra, mi amiga que vive en Puebla y proximamente en el D.F. se las presento en esta fotografía que se tomó al lado de Lucero durante el Teletón 2004.